En la antigua China, los colores eran símbolo de la posición social de la gente. Hoy en día, aunque ya no cumplen esa función, siguen teniendo su significado.
Este color representa también valores y sentimientos tan importantes como la buena suerte, la felicidad, el entusiasmo, la pasión, la justicia y la revolución.
Es más, se cree que el rojo es capaz de ahuyentar los males y atraer la prosperidad.