El origen de la pólvora es muy antiguo y se le puede considerar como una de las más importantes innovaciones tecnológicas del ser humano, ya que ha supuesto un hito en el desarrollo minero y, también, en las obras públicas, sin olvidar el uso militar.
Tradicionalmente se establece su origen en China, en el siglo IX, en que se fabricó pólvora negra tras una mezcla de nitrato potásico, carbón vegetal y azufre.
Principalmente los chinos empleaban esta sustancia para lanzar fuegos artificiales en los festejos, pues pensaban que los juegos artificiales espantaban los malos espíritus.
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